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La importancia de impulsar la investigación en español a nivel global

Actualizado: 8 jul 2022



En un artículo reciente publicado recientemente en Daily Nous denominado “Desigualdades geoacadémicas en la Filosofía” el filósofo Justin Weinberg nos refiere a un artículo de Ingrid Roberts, profesora de Filosofía de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), quien descubrió que el Manual de Oxford de Filosofía Política (Oxford Handbook of Political Philosophy) tiene 23 capítulos de los cuales 22 han sido escritos por filósofos políticos con sede en los Estados Unidos y 1 capítulo por un dúo de filósofos políticos con sede en Oxford.


No queremos poner en cuestión la calidad de estas figuras ampliamente reconocidas por sus contribuciones académicas. Sin embargo, queremos cuestionar las condiciones estructurales de fondo que han hecho que esta sea la realidad actual. Ya que, como dice Roberts, todo ello tiende a llevar a “una imagen: que la buena filosofía se hace en Estados Unidos y otros países anglófonos y que si uno quiere tener éxito ahí es donde tiene que estar. Esta imagen, sin embargo, empequeñece y empobrece a la filosofía ya que excluye conocimientos valiosos producidos en otros lugares”.


Por su parte, Eric Schwitzgebel, en una publicación en The Splintered Mind, ya observó que en los consejos editoriales de las revistas más importantes de filosofía, 564 miembros (el 96%) tenían su afiliación académica principal con una institución en un país anglófono, como Estados Unidos o Reino Unido. Apenas habían 6 alemanes y 2 franceses. Y solo 1 español, a pesar de que el español es un idioma con 600 millones de hablantes nativos. Además, continentes enteros como África o América Latina no tienen representantes propios en estas revistas académicas.


Estos hechos evidencian una realidad de fondo: que la filosofía que no sea estadounidense está subrepresentada a nivel mundial. Sin embargo, este problema va más allá de la filosofía, y llega a cubrir toda la investigación academia mundial. Hay una actual subrepresentación de los países de lengua no inglesa: Francia, Alemania, Italia, España, etc., y ello sin mencionar la casi nula presencia a nivel global de universidades, facultades, institutos, estudios, investigaciones, publicaciones y congresos etc., por parte de los países latinoamericanos, asiáticos y africanos. En particular, de los países más pobres con idiomas distintos al inglés.


Barreras a la participación académica

Una razón que muchos ofrecen para explicar este fenómeno es la barrera lingüística. El uso global y el dominio preponderante del inglés sobre otras lenguas del mundo es evidente, y en la investigación lo es de forma rotunda. El predominio de las universidades, institutos, revistas, publicaciones, en internet, en Google, en redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter, LinkedIn, YouTube, etc.), en los congresos, en las reuniones, y en los debates académicos en lengua inglesa es hoy en día abrumador en comparación con la actividad en otras lenguas. Actualmente, si se quiere llegar a una audiencia global y tener una influencia internacional, se ha de publicar en inglés.


Sin embargo, hay otras razones que a menudo quedan ocultas detrás de la cuestión meramente lingüística.


Una razón estructural de fondo es económica. Existe una pujanza económica indudable del mundo anglosajón, y como consecuencia de esto, de las universidades, instituciones de estos países. Este poder investigador, académico, editorial, congresual, informativo, comunicativo y de difusión es comparativamente mucho mayor en Estados Unidos y en el Reino Unido que el apoyo económico existente en esas áreas en otros países de lengua no inglesa.


El lenguaje es un gran medio para exportar ideas y productos, pero es que, además, el lenguaje es un medio fundamental para transmitir una cultura y hacerlo de manera específica. Lo que se transmite a través de la lengua no es la lengua solamente, es también varias de sus connotaciones implícitas: un lenguaje, un código, una cultura y una manera de ser, de pensar y de actuar. Esto constituye cierto aislamiento cultural y escaso conocimiento, interés y consideración por parte de los Estados Unidos y del Reino Unido hacia otros países, culturas y lenguas.


Una tercera razón es la fuerza y la pujanza de las universidades estadounidenses. Como las de la Ivy League en Estados Unidos o el Russell Group en Reino Unido. Debido al poderío económico de estos países, tales universidades son capaces de contratar a los mejores académicos de todo el mundo. Estos académicos a su vez dominan las revistas académicas, reforzando esta jerarquía.


Los profesores académicos e investigadores y las propias investigaciones y trabajos de otras universidades del mundo son poco conocidos y por ende, no están presentes ni se les suele invitar a participar en muchas conferencias, foros, seminarios, estudios, y congresos internacionales, ni publicar y difundir sus trabajos en inglés.


La cuarta razón es que la mayor parte de los editores académicos están radicados en los Estados Unidos y el Reino Unido. Esto provoca una inercia profunda en el sistema actual, que no cambiará fácilmente. Los editores no acceden a investigaciones, trabajos y artículos escritos en otros idiomas que no sea el inglés. En gran medida porque no los conocen y no están al tanto de sus trabajos.


Una quinta razón es la escasa traducción de las investigaciones, trabajos y artículos de académicos que trabajan en lenguas que no son el inglés. Y viceversa: el bajo índice de traducciones de artículos o libros académicos del inglés a otras lenguas. Muchos libros y casi todos los artículos solo son publicados en inglés.


Todo lo anterior a menudo transmite la falsa idea de que la buena investigación solo se hace en Estados Unidos y en el Reino Unido. Y además, que si se quiere hacer algo significativo y renombrado académicamente se ha de residir, trabajar y publicar en inglés en estos países. Todo ello lleva a una consiguiente fuga de cerebros académica que se que ya se está produciendo desde los países de habla no-inglesa a los de habla inglesa.


La realidad es que no es necesario escribir en inglés ni vivir en la angloesfera para hacer una excelente labor académica. Lo que ocurre en esta sociedad de la comunicación y de la información es que lo que no se conoce o no se ve parece que no existe. El poder global actual de la angloesfera margina, excluye y llega a anular el conocimiento y la relevancia de la investigación no anglosajona en el mundo.


¿Qué podemos hacer para potenciar la investigación no anglosajona en el mundo?

Para remediar y poder mitigar esta situación de subrepresentación y de discriminación y lograr potenciar la investigación no anglosajona en el mundo, entre otras actividades posibles, proponemos:

  1. Poner freno a la idea de que toda la buena investigación está en inglés en Estados Unidos y en el Reino Unido y que hay que residir en estos países para hacer una buena labor académica.

  2. Promover que los académicos de fuera de la angloesfera publiquen en estas revistas, para lanzar nuevas líneas de investigación que sean leídas y se fomenten en los países de mayor pujanza.

  3. Traducir mucho más los artículos y libros del inglés a otros idiomas, y viceversa.

  4. Leer e investigar académicamente en otros idiomas, además del inglés, para incluir líneas de investigación más diversas y a menudo ignoradas.

  5. Impulsar y publicitar la academia en otros idiomas en internet, en las redes sociales, y en otros medios de comunicación.

  6. Convencer a los editores que publiquen en diferentes lenguas y enviarles trabajos en otras lenguas traducidos al inglés.

  7. Agrupar y unir a diversas universidades e instituciones públicas y privadas en países no anglófonos para que unidas tengan más pujanza y así logren promover más y mejor la investigación académica. Por ejemplo, fomentando una organización Iberoamericana de investigación para cada disciplina académica.

  8. Captar importantes fondos públicos y privados para poder reforzar el papel de la investigación y las publicaciones en otras regiones del mundo.

  9. Impulsar encuentros y congresos académicos en diversos países y en varias lenguas del mundo.

  10. Promover la academia online, por ejemplo, haciendo que muchos coloquios se pueda asistir online, lo cual ayudaría a todos aquellos asistentes que se encuentran en una desventaja geográfica considerable.

Nuestro rol en este tema

Futurosophia tiene como una de sus principales finalidades fomentar los objetivos señalados, en particular en el mundo hispanohablante. Nuestro trabajo está principalmente destinado hacia los 600 millones de personas que tienen el español como lengua materna tanto en España como en los veinte países de América Latina, y en los cuales el Altruismo Eficaz como la propia investigación académica en disciplinas relacionadas en español están, asimismo, poco desarrolladas y subrepresentadas.


Nuestro empeño es ampliar el alcance del Altruismo Eficaz y el conocimiento y la prevención de los grandes riesgos catastróficos globales y existenciales a nivel internacional en idioma español y, complementaria y consecuentemente, poder fomentar el conocimiento, el pensamiento y el desarrollo de un movimiento social alrededor de estos temas.


Para ello, también apoyamos a las personas que quieran tener una carrera profesional en estos temas a que se pongan en contacto con nosotros en contact@futurosophia.com para apoyarles en decisiones importantes relacionadas a su carrera académica y profesional.

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